domingo, 20 de mayo de 2012

Hablando sobre mojado.

Llevo dos días bajo la lluvia. Son días donde el color es el gris y el ambiente es frío. Pero cuando te refugias de ella, tienes una sensación de protección a tu alrededor. Te sientes a salvo de todo, que pase lo que pase, estás resguardado de ella. Ya sea en tu casa contemplandola, debajo de un edificio o en un portal. Mientras llueve, te fijas en aquellos que corren, esquivan charcos, pero aún así, se mojan. Gente que va sola, parejas que se protegen mútuamente, algunos que se divierten bajo la lluvia, o ciclistas que sortean obstáculos. Tú los observas fijamente, y te preguntas por qué corren, se van a mojar igual.

No me importa mojarme. Aunque los días de lluvia son días llenos de incerteza. Supongo que su gris no transmite nada y eso desconcierta.

Hoy no tenía nada claro. Aún así, sólo he tenido una decisión: no me importaba mojarme apesar del diluvio que caía. Me he cubierto con la capucha de mi jersei, manos en los bolsillos, y he salido con decisión de dónde me resguardaba. Estaba sola y he andado hasta mi casa. La lluvía me ha dado la oportunidad de no pensar en nada. Me ha brindado la "desconexión" que necesitaba. Porqué me como el coco y siento que soy la única. Necesito huir de la ciudad que quiero, renovar aires, cerrar heridas y renacer de ellas.

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"Por entonces sabedlo
Aún quería creer.
Aún quería y quería
Pero no pudo ser.

Puse en ello mi vida
Mi esperanza no sé.
Hasta en sueños decía:
Venceré venceré.

Con la fe de hoy contemplo
Mi derrota de ayer.
Comprendedme yo quise.
Pero no pudo ser".

"Yo quise" de José Agustín Goytisolo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Fin de una etapa...

Mañana es mi último día presencial en la Universidad. Termino una etapa de 4 años. La he vivido tanto como he podido. Nunca se llega a exprimirlo del todo, pero estoy satisfecha. Aún tengo en mente una frase que me decían muchos: "Aprovecha esta etapa, porqué será la mejor de tu vida". Pues bien, caballeros, ha terminado. Porqué el tiempo corre muy deprisa, demasiado. Estamos marcados a que hay que vivirlo, no desaprovechar nada. Estoy de acuerdo, pero a veces, también es bueno darte unos minutos y no hacer nada, literalmente. Sentarte en una silla y dejar el tiempo muerto. Es satisfactorio, lo recomiendo. 

Tengo nostalgia de las clases que nunca más estudiaré. De los apuntes que ya no tomaré. Sé que en el fondo es un alivio, pero también lo echaré de menos, lo reconozco. Me gusta aprender, y el año que viene seguiré estudiando, lo tengo claro. Siempre he pensado que la educación es la base principal para todo ser humano, y en nuestra sociedad no se valora. La gente no se da cuenta que gracias a la enseñanza tiene poder de decisión, Con conocimientos y sabiduría, el don de la opinión coge fuerza. Las decisiones se fundamentan a partir de tus pensamientos, y sabes pensar gracias a una educación. Pero no se consigue sólo, se obtiene a través del esfuerzo. Pero hoy en día esto se está perdiendo... Los jóvenes que veo entrar en mi universidad, sólo quieren llevar las prendas más caras, estarse horas en el fumadero perdiendo el tiempo, mientras ocupan una plaza que pueden pagarse, pero que muchísimas personas con menos recursos desearían tener. La educación por desgracia no es apta para todos, y es injusto. Más bien, no es apta para aquellos que sí la valoran.

Puesta de Sol. Playa de la Barceloneta (Barcelona). 13 Mayo 2012.


Desde hace poco, intento valorar todo lo bueno que hay a mi alrededor. Me dieron un consejo: eres joven y tienes toda la vida por delante. Te digo lo mismo, quien seas. Preocúpate por aquello que realmente te importe, lo que no, es un problema pasajero más. Si me conoces y te quiero, me tendrás a tu lado siempre. 


sábado, 12 de mayo de 2012

¡Ay mi querido pozo!

A veces es imposible controlar las sentimientos. Te paras en medio de la calle y te preguntas a dónde vas. ¿Hago lo correcto? No sabes si seguir andando o simplemente dar marcha atrás. Sentarte en ningún lugar y querer no pensar. Te levantas seria, sin sonrisa. Estás cansada de todo y de todos. La gente te decepciona. Día a día, un disgusto te saluda. No sabes como reaccionar, porqué simplemente llega un punto que ni te afecta. 

Todos nos equivocamos, yo la primera. Creo en la imperfección. Pero no en el hecho de poder hacer daño a los demás. Tendemos a pensar sólo en nosotros. Yo tengo el defecto que pienso antes en los demás, porque no soporto ver su sufrimiento. Y aún menos si es por mi culpa. Llego a dejar de hacer cosas, sólo para hacer felices a los demás... Pero estas cosas, ya no se valoran. Te dicen que pienses más en ti, que no me preocupe por el resto. ¿Qué hay de malo en querer el bien para los demás? Estoy cansada. Con desgana. 

Busco respuestas... Tengo ganas de irme a mi pozo y aislarme. Igualmente, tampoco se darían cuenta.



"Mirando al cielo nacen miles de preguntas, y yo en el suelo siento que las hago todas juntas".  



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